Vacaciones en Las Grutas: cinco playas alejadas del tumulto
A pocos kilómetros de Las Grutas, en la provincia de Santa Cruz, se encuentran playas que invitan a desconectar del bullicio, rodeadas de un entorno natural único. Descubre estos rincones de tranquilidad y naturaleza, y prepárate para una aventura inolvidable.
A solo unos kilómetros de Las Grutas, en la provincia de Santa Cruz, existen playas que invitan a desconectar del bullicio y disfrutar de un entorno natural único. Aunque las mareas suben y bajan dos veces al día en todo el Golfo San Matías, siempre queda algo de playa disponible para explorar y relajarse.
Acceso a las playas
Antes de lanzarse a explorar, es importante saber que el acceso a estas playas se realiza por caminos de ripio y arena, algunos de los cuales no siempre están en las mejores condiciones. Con una planificación adecuada, sin embargo, el recorrido hacia estos paisajes promete ser una experiencia única y gratificante.
Piedras Coloradas: el punto de encuentro
El viaje hacia estos rincones de tranquilidad comienza a solo 5 km al sur de Las Grutas. El primer destino es Piedras Coloradas, un balneario que, con el paso de los años, ha ganado popularidad y se ha convertido en un punto de encuentro relativamente concurrido. Aunque es el único de la zona con servicios, la paz de sus aguas y el contraste con las imponentes rocas rojizas que dan nombre al lugar siguen siendo un gran atractivo. Estas formaciones rocosas, ricas en feldespato, emergen caprichosamente sobre una arena brillante, creando un paisaje perfecto para el descanso.
En Piedras Coloradas, además, una pequeña biblioteca en adobe invita a los visitantes a disfrutar de un buen libro junto al mar, y los paradores ofrecen platos frescos mientras se observa el ir y venir de las lanchas de pesca artesanal.
Morella: un remanso de tranquilidad
Siguiendo hacia el sur, se encuentra Morella, una pequeña playa que aún mantiene su esencia natural, alejada de los servicios turísticos. Es dueña de una costa tranquila sin grandes médanos ni acantilados. Hace décadas, funcionaba allí un parador rústico que se llamaba como la hija del prestador, Morella, y le dio nombre a la playa.
El Buque: un oasis en la bajamar
Más al sur, El Buque es otro de los rincones que cautivan a quienes se atreven a recorrerlo. Cuando la marea baja, la roca que da forma al lugar se convierte en un laberinto de pilas naturales, donde tanto niños como adultos disfrutan de un baño en agua clara, atrapado entre los desniveles de las formaciones rocosas. Le dicen Buque porque una de las piedras que puede observarse cuando el mar se retira tiene esa forma, que parece emerger a medida que la espuma se retrae.
El Sótano: un refugio natural
En El Sótano, el paisaje cambia radicalmente. Aquí, las cavernas labradas por la naturaleza en los acantilados crean un ambiente fresco y sombrío, ideal para quienes buscan escapar del calor del día. En tiempos pasados, estos refugios eran utilizados por los pulperos locales para guardar los baldes con las capturas de mariscos. Hoy, son el lugar perfecto para refugiarse y disfrutar de la naturaleza.
Fuerte Argentino: un clásico para los exploradores
Finalmente, Fuerte Argentino es el destino obligado para quienes buscan una experiencia única en la región. Esta meseta de 100 metros de altura se erige sobre un paisaje impresionante, y a sus pies se encuentra una laguna donde se puede practicar snorkel y nadar. La belleza del lugar y su aire de misterio hacen que sea un sitio muy buscado por los aventureros.
Prepárate para la aventura
Es importante recordar que, a excepción de Piedras Coloradas, estos rincones naturales no cuentan con servicios cercanos. Por eso, es imprescindible llevar todo lo necesario: agua, alimentos, protector solar y otros elementos para disfrutar de un día perfecto en la playa.
Además, la ausencia de guardavidas en la mayoría de estos lugares requiere precaución al momento de disfrutar del mar, especialmente si se viaja en familia. Como siempre, es fundamental ser respetuoso con el medio ambiente, llevando los desechos y dejando todo tal como se lo encontró.