Un preso cordobés devolverá $ 200 mil a una vecina de Rawson por una estafa
Lucas Cuello, de 26 años y actualmente detenido en un centro carcelario de Córdoba por otra deuda con la justicia, estafó a una vecina de Rawson obteniendo sus datos personales y solicitando créditos a su nombre. El joven de la ciudad de Cosquín quedará sobreseído si cumple con su compromiso.
Con el acuerdo de la víctima, un joven de 26 años de la provincia de Córdoba deberá devolver 200.000 pesos a una vecina de Rawson a la que, mediante engaños, le obtuvieron los datos personales y de seguridad de su caja de ahorro con los que solicitaron créditos ofrecidos por Internet debiendo luego la damnificada hacer frente a la devolución de los mismos.
Se trata de Lucas Cuello, de 26 años de edad, con domicilio en la ciudad de Cosquín que asesorado por su abogado defensor Miguel Moyano aceptó la aplicación de la figura de la "reparación" y en caso de cumplir con su compromiso asumido ante la jueza Karina Breckle, quedará sobreseído del delito de estafa mediante el uso no autorizado de datos.
Cuello siguió la audiencia por video conferencia desde un centro carcelario de Córdoba donde se encuentra detenido por otra deuda que tiene con la Justicia de esa provincia. "Le doy mi palabra que voy a cumplir", le dijo a la jueza luego de acordarse el pago de 200.000 pesos en cuatro cuotas consecutivas a partir la primera de los últimos días de agosto próximo. "Me encuentro privado de mi libertad y mi familia que me puede ayudar, recién empiezan a cobrar a fines de agosto", indicó.
La procuradora fiscal Eugenia Domínguez, en representación de la Unidad Fiscal Especializada en Cibercrimen, fue la que describió los hechos en los que se comprobó la participación de Cuello como parte de un grupo organizado con otros ciudadanos de esa provincia, para producir las estafas. Algunos de ellos ya fueron sometidos a proceso penal en Chubut, con idénticos finales al momento de resolverse el caso.
La banda ofrecía créditos personales por internet mediante el Facebook. En el proceso y mediante engaños, se hacían de los datos de claves personales y token de las víctimas. Luego, con estos datos suplantando la identidad de las víctimas, gestionaban créditos en entidades financieras, se hacían del dinero haciéndolo pasar por varias cuentas o extrayéndolos de cajeros automáticos. La devolución de estos créditos quedaba bajo responsabilidad de las víctimas.
Diario Jornada