San Lorenzo venció 2-0 a Chacarita y avanzó en la Copa Argentina
El Ciclón sacó una rápida ventaja y sostuvo el resultado para meterse en los octavos de final, donde enfrentará a Vélez.
Resolvió el trámite en apenas un tiempo. San Lorenzo hizo bien los deberes, despachó a Chacarita con autoridad y avanzó a los octavos de final de la Copa Argentina, instancia en la que debderá medirse con Vélez. Al partido le sobraron 45 minutos y el equipo de Romagnoli, que aún no ganó en la Liga, acentuó la dualidad: tuvo un arranque flojo en el torneo, pero sigue con vida en las copas, incluida la Libertadores.
El Ciclón hizo notar la diferencia de categoría desde el primer minuto. Con una lectura muy acertada y un planteo inteligente de Leandro Romagnoli, impuso su juego ante un adversario al que se lo advirtió desconcertado. El Funebrero, que salió a la cancha con un sistema táctico 4-2-3-1, tiene buen pie de mitad de cancha hacia adelante con Pisano, Figueroa y Brandán. Pero también muestra serios problemas en el retroceso y sus dos volantes centrales, Watson y Pombo, suelen quedar muy solos en la tarea de contener. El Pipi olfateó esa debilidad, advirtió la fragilidad de su rival en la faz defensiva y les pidió a sus dirigidos que salgan a ejercer presión alta sobre la salida para forzar el error.
El medio de Chacarita fue una zona de libre tránsito, una autopista sin peajes ni límites de velocidad. El conjunto de Biggeri quedó partido, en parte por falencias propias, pero fundamentalmente por el acierto en el planteo inicial por parte de Romagnoli. Los de Boedo construyeron a partir del cambio de ritmo de un revulsivo Nahuel Barrios, la pegada de Leguizamón y la velocidad de Cuello, una estructura ofensiva que tuvo como bases el despliegue de Irala y Remedi para presionar y recuperar en campo contrario. Así, el Ciclón se fue al vestuario con un 2-0 a favor, pero la diferencia pudo haber sido más amplia, pero el arquero Arzamendia exhibió sus reflejos cuando lo exigió el Perrito. Chaca apenas logró inquietar sobre el final, con un peligroso tiro libre ejecutado por Pisano que llevó a Altamirano a dejar de ser un mero espectador, tal como había sucedido durante 40 minutos.
El complemento fue diferente. San Lorenzo comenzo a sentir el desgaste y el doble cinco dejó de recuperar arriba. El Ciclón bajó un poco el ritmo, tuvo menos intensidad en la presión e intentó controlar el partido a través de la cobertura de espacios y la salida rápida tras cada recuperación. Los de Romagnoli no pudieron descansar con la pelota. Procuraron mantener el orden y tener poca distancia entre líneas para bloquearle todos los caminos a un Funebrero que hizo cambios ofensivos en busca del descuento. Variantes que le salieron bien a Biggeri ya que le dieron otra velocidad a su equipo y lo pusieron en partido. El Ciclón resignó profundidad, empezó a tener menos llegadas, pero igual tuvo una muy clara de contra para ampliar la ventaja: Tarragona desperdició un mano a mano con el arquero.
San Lorenzo lo ganó en un tiempo en el que mostró ambición y después reguló energías. La próxima escala en esta copa será Vélez. De a poco, Romagnoli muestra su impronta.
Fuente: Diario Olé