La modificación en la ley Bases que permitirá que miles de argentinos accedan a la jubilación sin haber completado los aportes

La Cámara de Diputados aceptó los cambios introducidos en la Ley Bases por el Senado, y entre las modificaciones restituyó la moratoria previsional que permitirá que aquellas personas que ya tienen la edad, pero no llegan a cumplir los 30 años de aportes obligatorios, puedan acceder a una jubilación mediante un plan de pagos. Gracias a este esquema, casi 4 millones de beneficiarios sin aportes se jubilaron a través de moratorias.

El capítulo de la reforma previsional que impulsaba el Gobierno de Javier Milei fue retirado minutos antes del debate formal en la Cámara de Senadores, como parte de la negociación del oficialismo con la oposición para garantizar el tratamiento de la Ley Bases. La propuesta original contemplaba la eliminación de este sistema, en línea con lo señalado por el Fondo Monetario que en la revisión de febrero marcó la necesidad de que la Argentina se comprometiera a no establecer otra moratoria de pensiones ni a extender el esquema iniciado durante el Gobierno de Cristina de Kirchner

En 2016, la administración de Mauricio Macri avanzó con la Pensión Universal para Adulto Mayor, a la que se accedía sin aportes, con 65 años de edad, y que consistía en una prestación equivalente al 80% del haber mínimo. Algo similar a la Prestación de Retiro Proporcional que buscó implementar Milei para terminar con las moratorias que había reestablecido Alberto Fernández en 2023 y que permitió que ese año se jubilaran 460 mil personas.

La decisión de mantener la moratoria previsional no es más que una continuación de políticas que presentan serios riesgos para el futuro del sistema previsional. Principalmente dirigida a mujeres mayores de 60 años, la moratoria busca remediar una injusticia histórica: el 90% de estas mujeres no cuenta con los 30 años de aportes requeridos por la ley debido a la precarización laboral. Sin embargo las consecuencias a largo plazo podrían ser perjudiciales para todos los involucrados.

Una pirámide insostenible

El costo fiscal de la moratoria es significativo, y mientras más jubilaciones se otorguen bajo esta modalidad, aquellos que han contribuido regularmente durante más de 30 años se verán perjudicados. La base de la pirámide previsional se ensancha, poniendo en peligro la sostenibilidad del sistema. Esta ampliación descontrolada de beneficiarios sin aportes suficientes pone en riesgo no solo las finanzas del sistema, sino también la equidad y la confianza en el mismo.

Financiamiento inadecuado

Otro punto crítico es el financiamiento de estas moratorias. Aunque la medida era necesaria para corregir desigualdades, el hecho de que no haya sido financiada por el Estado sino por la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES) y el propio sistema previsional es un error grave. Las moratorias han sido sostenidas por los jubilados ya integrados en el sistema, lo que resulta en una carga injusta y potencialmente insostenible.

Un sistema en riesgo

A pesar del debate, tanto hombres como mujeres pueden seguir accediendo a esta jubilación especial si cumplen con las condiciones establecidas. Sin embargo, el mantenimiento de la moratoria sin un financiamiento adecuado y sin considerar las consecuencias a largo plazo es una medida peligrosa. Si bien es fundamental corregir las desigualdades históricas, hacerlo a expensas de la sostenibilidad del sistema previsional es una solución de corto plazo que podría resultar en problemas aún mayores en el futuro. (MDZOL)