Fin de siesta: la CGT va al paro y enfrenta la furia Javier Milei y "el Jefe"
La CGT se enfrenta al Gobierno y busca paritarias por encima del costo de vida. La furia de Karina Milei y el rol de los universitarios. La baja de la inflación, en el centro de la discusión.
Javier Milei cumple, Luis Caputo ejecuta, Julio Cordero negocia pero no entrega homologaciones por encima del aumento de la inflación, que hoy confirmará para marzo un número cercano al diez por ciento. El triunvirato de la CGT no logró digerir la rigidez oficial, y el Consejo Directivo finalmente rompió lanzas y decretó el día internacional del trabajador, el 9 de mayo, como propicio para el segundo paro nacional antes de cumplirse los cinco meses de vida del Gobierno. Lo supo Javier Milei y exigió no acceder a los pedidos cegetistas.
Son 42 paros entre diciembre de 1983 y hoy viernes. Apenas 16 contra gobiernos inspirados en Juan Perón y 26 contra no peronistas, con una siesta importante entre fines de 2019 y febrero de 2024, durante los tiempos de Alberto Fernández, Cristina Kirchner y Sergio Massa. Será el segundo paro para el récord de la central obrera, que con ansiedad llevó el primero a 45 días de asumido Javier Milei, pero sin el éxito esperado.
Algunos datos que los popes sindicales prefieren no recordar: el salario privado cayó con el último gobierno peronista cayó 20.6%, los informales no registrados cayeron 13.6%, los empleados públicos se empobrecieron más del 10%, los jubilados vieron caer sus ingresos más de un 15% y los únicos beneficiados en términos porcentuales fueron los que cobraron asignaciones sociales, que tuvieron aumento del 100%. La CGT da por terminada una siesta que le costó el vínculo con afiliados, que en muchos casos aplauden con las manos rojas el cese de aportes obligatorios. Son datos de Ieral en base a ministerio de Trabajo, Economía e Indec.
Saben los popes gremiales que su imagen negativa en la sociedad es tan alta que apuna cualquier aspiración de crecimiento a cualquier persona. Buscarán cobijo en los más jóvenes, apoyando el 23 de abril los recortes en la universidad pública. Paradojal unión de sindicalismo peronista y estudiantes, en otra época histórica podría ser una balacera de dimensiones. La desregulación de la economía que plantea Javier Milei fulmina el corazón financiero del sindicalismo, ya que se busca expandir las democracias internas de los gremios, liberar las obras sociales y permitir la no extracción compulsiva de aportes.
"Ayer la planteamos claramente frente al Poder Ejecutivo, y pareciera que en este clima de no hay plata, hoy tenemos el problema con el transporte, y lo vamos a tener sistemáticamente con muchas actividades, el impacto que va a generar el ajuste de precios, de tarifas, y el ajuste que se viene dando en esta intención de achicar los salarios solo nos va a llevar a un proceso recesivo de un nivel inaceptable, por ese motivo tomamos la decisión de convocar a un paro de 24 horas el 9 de mayo". La frase lacónica fue el fin del diálogo, y sabe la CGT que los hermanos Milei no ven diferencia entre divergencia y declaración de guerra. Así será y así trabaja a partir de hoy el Gobierno.
La central obrera no logró exhibir ningún logro en negociaciones, por lo que el paro es lo que puede mostrar para confirmar que a pesar de ser un triunvirato sin el anclaje de otros tiempos en términos de liderazgo (Hugo Moyano debió correr a su hijo Pablo para hacerse cargo de las negociaciones) todavía tiene algunos pocos dientes para mostrar. La no homologación de la paritaria camionera es un hecho, no lo va a firmar el Gobierno según dicen a este diario, pero se buscará un camino intermedio que permita evitar sentirse derrotado a los dos participantes.
"No podemos aceptar que todo se libere y que se pretenda que los salarios tengan límites. Somos organizaciones sindicales responsables y tenemos claros cuáles son los límites y las posibilidades de cada sector para llegar acuerdos" dijo Héctor Daer, parte del triunviro que encabeza la CGT tras una intensa reunión en la histórica sede obrera de Azopardo 802. La CGT quiere centrar la lucha con el Gobierno en términos simbólicos, y lo único que le quita el sueño a Javier Milei son los números, por lo que el diálogo no será sencillo.
La dirección obrera se enfrenta ahora a una negociación dura, en la que el Gobierno debe ofrecer poco a sabiendas de que el paro se llevará a cabo de todas formas. El ministro del interior, Guillermo Francos, junto a Nicolás Posse y Julio Cordero, serán los encargados de lograr que las pautas salariales estén por debajo de la cucarda más grande de Luis Caputo, la baja inflacionaria al 9 en abril.