Copa Sudamericana: Racing derrotó 2-0 a Huachipato de visitante y sacó una buena ventaja
La Academia se impuso con goles de Maravilla Martínez y Juanfer Quintero (de penal) y espera confiado la revancha en Avellaneda.
La inteligencia es una de las patas del triunfo. En cualquier tablero, en cualquier aspecto de la vida. Gustavo Costas la tiene. Su planteo en Chile fue perfecto, salvo, al menos desde el criterio de este cronista. haber sacado a Carbonero antes de tiempo. Después, el DT de Racing hizo todo bien. Y por eso la vida le regaló un 2-0 que debería ser decisivo para acceder a los cuartos de final de la Sudamericana.
Desde la agresividad con la que se paró en una cancha que no daba la exigencia del torneo hasta la cabeza fría para seguir buscando una vez que Martínez logró sacarse la mufa y meter el primero. Salvo algún desajuste por el buen arranque de Montes, Racing no pasó sofocones porque pudo hacer pie en una zaga que arrancó con varias dudas. Jugó muy bien en equipo y no dependió solo de sus creativos para quebrar a un rival que, hay que decirlo, no fue gran cosa.
Pero Mura y Rojas desde el fondo empujaron a una tropa que sabía que tenía que llevarse un triunfo de Chile porque los silbidos del partido contra Gimnasia en el Cilindro fueron un cachetazo a una ilusión que no se puede romper bajo ningún concepto. Y Costas también sabía que un mal resultado ante un rival claramente inferior lo iba a poner de nuevo en la guillotina y lo iba a dejar desnudo para enfrentar la continuidad en la Sudamericana en una cancha que nuevamente lo iba a tratar con mala onda.
Entonces el entrenador armó el tablero de la mejor manera. Bajó línea para que su Racing jugara de igual a igual a pesar de un césped que no daba garantías y para que el movimiento en bloque le brindara los resultados soñados. Y toda esa maquinaria iba a funcionar si, además, se rompía la sequía del tipo más importante que tiene el equipo. Maravilla apareció con ese gancho al hígado que ya es costumbre y despejó los fantasmas que pesaban sobre su mente en el momento justo.
Lo mejor de todo esto es que Racing no se relajó y Costas no dudó en seguir buscando. El DT no se arrodilló ante el 1-0 y pidió más. Se apuró al sacar a Carbonero, de los más picantes y criteriosos del partido, pero en su lugar metió a Juanfer, quien terminó cerrando el juego con un penal de alta alcurnia luego de una guapeada, otra vez, del delantero Maravilla.
Entre los chiches de Quintero, las llegadas de Almendra y los desbordes interminables de Rojas, la Academia siguió arrinconando a un rival que fue el Huachipato de la boda. Arrancó a un ritmo que perdió en 20 minutos y terminó mareado como Malanca en la jugada del penal, cuando se enroscó con un trébol y le dejó el camino despejado a Martínez para que el arquero Cerda le hiciera un penalazo que solo el árbitro Pérez Gutiérrez no vio en la cancha y tuvo que recurrir el VAR para sancionar.
Más allá de eso, Juanfer metió la zurda y hasta le dio un abrazote a Costas, quien lo tiene cortito porque quiere que corra más de lo que lo hace habitualmente. Se dijo, el entrenador es inteligente y sabe que Racing puede estar para grandes cosas. Claro, todo dependerá de que logre que sus muchachos jueguen confiados como lo hicieron anoche y sigan respetando su idea. Esta vez logró espantar los silbidos con herramientas muy interesantes. Lo más difícil, dicen, no es llegar sino mantenerse.
Fuente: Diario Olé