Julio Dupont y su pasión por el Ford T: una charla con el coleccionista que devolvió a la vida a un clásico
Mi pasión por los autos comenzó desde muy joven", confiesa Dupont. "Mi abuelo tenía un Ford T y solía contarme historias sobre cómo este automóvil cambió la vida de muchas personas a principios del siglo XX. Desde entonces, supe que algún día restauraría uno por mi cuenta", contó Julio Dupont a Javier Seveso, conductor de Rock And Frío.
Javier Seveso Rock and Frío
Producción Pablo Mouesca
En el mundo de los autos clásicos, existen historias que trascienden el tiempo. Una de ellas es la de Julio Dupont, un apasionado de automóviles antiguos que ha dedicado años de su vida a revivir un Ford T, uno de los modelos más icónicos de la industria automotriz.
En esta entrevista con Javier Seveso, conductor de Rock and Frío por Radio Nuevo Día , desde Algarrobo un pequeño pueblo ubicado a 80 kilómetros de Bahía Blanca y 80 kilómetros de Río Colorado, Río Negro, casi al límite con La Pampa, último puerto de la provincia de Buenos Aires por la ruta 22. Dupont nos cuenta sobre su amor por los autos antiguos, el desafío de revivir el Ford T 100000 y la importancia de preservar la historia sobre ruedas.
Un legado familiar sobre ruedas
"Mi pasión por los autos comenzó desde muy joven", confiesa Dupont. "Mi abuelo tenía un Ford T y solía contarme historias sobre cómo este automóvil cambió la vida de muchas personas a principios del siglo XX. Desde entonces, supe que algún día restauraría uno por mi cuenta".

Uno de los detalles más especiales de su Ford T es la inscripción del nombre de su abuela, Haydee, en la carrocería del vehículo. "Mi abuela Haydee fue una persona clave en mi vida. "Decidí inmortalizar su nombre en el auto como un homenaje a su legado y a todo lo que significó para mí".
Julio Dupont recuerda con cariño la historia de su abuela Haydee y su conexión con el Ford T. "Mi abuela solía visitar a mi abuelo en este mismo modelo de automóvil cuando eran jóvenes", relata.
Esa oportunidad llegó cuando, tras una ardua búsqueda, encontró un Ford T en condiciones deplorables. "Era más óxido que auto", recuerda entre risas. "Pero vi potencial en él y decidí embarcarme en la aventura de devolverlo a su gloria original".
El desafío de la restauración
Restaurar un Ford T no es tarea sencilla. "Conseguir piezas originales es uno de los mayores retos", explica Dupont. "Muchas ya no se fabrican y es necesario recurrir a otros coleccionistas o incluso a fabricar algunas artesanalmente".
Otro obstáculo fue la mecánica. "El Ford T tiene un sistema de arranque y transmisión muy distinto a los autos modernos", señala. "Aprender a repararlo y manejarlo correctamente fue todo un proceso de aprendizaje".

Una joya sobre ruedas
Después de varios años de trabajo meticuloso, el Ford T de Dupont volvió a la vida. "Fue un momento indescriptible cuando por fin lo puse en marcha", recuerda con emoción. "No solo era la satisfacción de haberlo restaurado, sino el hecho de que estaba preservando un pedazo de historia".
Hoy en día, Dupont exhibe su Ford T en eventos de autos clásicos y disfruta compartiendo su conocimiento con otros entusiastas. "Más allá del auto, esto es un legado. Es recordar de dónde venimos y valorar el ingenio de aquellos que revolucionaron la industria automotriz".
El futuro de los autos clásicos
Para Julio Dupont, la restauración de vehículos antiguos es una labor que debe continuar. "Cada auto tiene una historia que contar", concluye. "Si no los preservamos, esas historias se perderán. Por eso, mi misión es seguir restaurando y compartiendo esta pasión con nuevas generaciones".
Así, con la dedicación y el amor por los motores de antaño, Dupont no solo rescata autos, sino que también mantiene viva una parte invaluable de nuestra historia.
Uno de los detalles más especiales de su Ford T es la inscripción del nombre de su abuela, Haydee, en la carrocería del vehículo. "Mi abuela Haydee fue una persona clave en mi vida. "Decidí inmortalizar su nombre en el auto como un homenaje a su legado y a todo lo que significó para mí".