Fundacruz: patrimonio, historia y cultura en el viejo edificio de la Barraca Amberense
En el corazón de Río Gallegos se encuentra un monumento histórico que no solo guarda la memoria de nuestra ciudad, sino que también refleja el espíritu transformador de la provincia de Santa Cruz. Lo que hoy conocemos como la Casa de la Cultura "Fundacruz", fue en sus orígenes la emblemática Barraca Amberense, un edificio que, más allá de ser un simple depósito de mercaderías, fue testigo de la llegada de nuevos pobladores inmigrantes de Europa.
*Por Lic. Katia Ruiz
De almacén comercial a Centro Cultural de Río Gallegos
A finales del siglo XIX, la ciudad de Río Gallegos comenzó a consolidarse como un centro neurálgico del comercio en la región patagónica. Durante esos años de pujante inmigración, la ciudad se abrió al mundo. El puerto de Río Gallegos se convirtió en un punto clave para la llegada de productos manufacturados. En este sentido, la Barraca Amberense surgió como un emblemático depósito de mercancías. Propiedad de los señores George y Cristian Kreglinger, originarios de Amberes (Bélgica), el edificio fue un importante centro de comercio y distribución de materia en la región.
Construida íntegramente en madera y chapas de zinc, con dos plantas y sótano, conectados por una escalera central de dos tramos. Durante décadas, fue un eje fundamental en la economía local, primero como almacén y más tarde como sede de la Aduana, facilitando el flujo de mercancías internacionales.
Alrededor de los años 70´, muchos edificios de chapa y madera que funcionaban como locales comerciales y casas comenzaron a ser desarmados en toda la ciudad por sugerencia de una ordenanza municipal. En el año 1981 tras un gran esfuerzo personal y con el apoyo de su familia, Vicente Racciatti logró adquirir este inmueble ya que valoraba y apreciaba las antiguas construcciones de la ciudad. En ese momento, la propiedad se encontraba en un estado de deterioro, producto de una serie de inquilinos anteriores. Tras ser entregado por la Aduana, el edificio fue utilizado como depósito por «La Sureña», una empresa de muebles, y posteriormente fue alquilado como obrador por la firma «Equimac», que se encargó de la construcción de la costanera. Este último utilizaba la esquina del inmueble que contaba con un galpón, lo que contribuyó al avanzado desgaste de la estructura.
A partir del año 1983 el edificio comenzó un proceso de transformación y una restauración que respetó su estructura original pero adaptó sus espacios para un uso cultural. Se recuperaron maderas, se respetaron las raíces constructivas europeas, pero con un toque local, que pronto se vio reflejado en su propósito: dejar de ser un lugar de comercio para convertirse en un espacio abierto a la creatividad, la cultura y las artes de la región patagónica.
Un espacio abierto a la creatividad
Posteriormente, Fundacruz dio inicio a sus actividades el 18 de diciembre del año 1993, constituida formalmente como Fundación sin fines de lucro, para promover y preservar la cultura de la Patagonia. Durante años, la Casa de la Cultura fue tomando forma no solo a través de la restauración arquitectónica, sino también con el trabajo de muchos artistas, gestores culturales y la colaboración de la comunidad. Fue un proyecto que involucró tanto a los vecinos como a instituciones locales, siendo fundamental en el desarrollo cultural de Río Gallegos.
Jorgelina, guía y pasante de Fundacruz, compartió con nosotros detalles sobre el funcionamiento de este espacio y su enfoque hacia la cultura accesible para todos. "La Casa tiene un público muy fiel, que vuelve en todas las muestras", comenta Jorgelina, destacando la conexión que se ha establecido entre los visitantes y el lugar. La constancia en las visitas refleja la calidad de las exposiciones que se ofrecen, que no solo están abiertas al público, sino que también son de entrada completamente gratuita.
Cada dos meses, las muestras van cambiando, lo que asegura que siempre haya algo nuevo por descubrir. La renovación periódica de las exposiciones mantiene la invitación atractiva, tanto a los que ya conocen el lugar como a nuevos visitantes a experimentar las exposiciones.
Un aspecto fundamental que permite la continuidad de esta fundación, es su modelo de sustentabilidad. Jorgelina explicó que el espacio se sostiene gracias a la cuota de los socios amigos y a las actividades del salón de té, que se han convertido en una fuente de ingreso importante para el lugar. Estos recursos aseguran que el espacio pueda seguir ofreciendo exposiciones gratuitas, manteniendo su compromiso con la cultura accesible.
Distinciones
En el año 2018, el trabajo de quienes han cuidado y potenciado este emblemático edificio recibió su mayor reconocimiento: bajo el Decreto 1026/2018, la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos declaró al edificio de la ex Barraca Amberense como Monumento Histórico Nacional. Acto que subraya la importancia histórica, arquitectónica y cultural de este espacio, que ha sido parte integral del crecimiento de la ciudad y de la región.
A nivel local, el edificio también ha sido reconocido por su valor patrimonial. En 2004, la Municipalidad de Río Gallegos, mediante el Decreto Nº 3390/04, lo declaró Monumento Histórico de la ciudad. Asimismo, el Poder Ejecutivo Provincial lo incluyó en el patrimonio cultural de la provincia con el Decreto Nº 3281/04, consolidando su importancia dentro del ámbito regional.
En conclusión, podemos decir que el legado de la Barraca Amberense es más que un testimonio de nuestra historia y de la llegada de nuestros pioneros. Es un aporte a la comunidad de nuestra ciudad, primero por la historia y segundo por la belleza e impecable estado del edificio que une el pasado con el presente. A través de sus exposiciones, talleres, y actividades culturales, este lugar sigue siendo un punto de encuentro para los nuestros artistas locales y un testimonio vivo de la transformación que vivió la ciudad. Si aún no lo conoce, no se pierdas la oportunidad de visitarlo. El lugar está abierto al público de marzo a diciembre, los sábados y domingos, de 16:00 a 20:00 horas, sito en calle Gobernador Lista N° 60.
Sobre Katia Ruiz
Nacida y criada en la ciudad de Río Gallegos, es una joven profesional con una vasta carrera académica. Es Licenciada en Relaciones Públicas (UAI), Técnica Superior en Ceremonial Empresario, Técnica en Organización de Eventos Empresariales y Espectáculos (CEO), Técnica Universitaria en Lenguaje Musical (UCA), Maestra de Ceremonias egresada del Instituto Argentino de Ceremonial Emb. Blanco Villalta, Diplomada en Logística Organizativa, imagen y ceremonial (CIDEC). Cuenta con un Posgrado en Comunicación Política e Institucional (UCA), Especialización en Comunicación política del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diplomada en Comunicación de Crisis (CAEP), Especialista en Imagen política (CKV), actualmente se encuentra finalizando su tesis de la Licenciatura en Ceremonial y protocolo.