"El uso de la banda y el bastón presidencial como atributos"

*Por Lic. Katia Ruíz

El pasado domingo 15 de septiembre de 2024, Javier Milei, presidente de la Argentina, presentó el Presupuesto 2025 desde el recinto de la Cámara de Diputados, un acto inédito en la historia política del país. 

En este evento, el mandatario utilizó la Banda y el Bastón Presidencial, acompañado de un traje oscuro y zapatillas deportivas negras. Un gesto que generó diversas reacciones y abrió el debate sobre la representación del poder y la modernización del ceremonial político. 

Muchos se preguntaron, ¿es adecuado el uso del bastón y de la banda presidencial en este tipo de actos? ¿Existe una regulación de los atributos presidenciales? 

El ingreso del Presidente Milei al Congreso a las 21:00 horas fue acompañado de una transmisión por cadena nacional. Con su primera frase de apertura, "Hoy empezamos a escribir la nueva historia Argentina", sentó las bases de su discurso, que abarcó no solo los aspectos técnicos del presupuesto, sino también una visión ambiciosa de un país con estabilidad económica, en caso de que se cumplan sus propuestas. En este sentido, su discurso político, estuvo acompañado del uso de la Banda y el Bastón presidencial, acción que subraya la relevancia de los símbolos de poder en la construcción de la narrativa política actual.

La Banda y el Bastón: un poco de historia

La Banda Presidencial es un símbolo que representa la autoridad del mandatario, una insignia que recibe el Presidente de la Nación como atributo personal a su función de jefe supremo (del Estado), del Gobierno, de la Administración general del país y de ser comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, y el mismo tiene un marco normativo específico. Según el Decreto Nacional N° 10302/1944, se establece que la banda debe ser de colores celeste y blanco, con el Sol de la Bandera Oficial bordado en su centro. Sin embargo, no es un símbolo nacional en sentido estricto, sino,como mencionamos en un principio, es un atributo personal del presidente. Por otro lado, el Bastón Presidencial, que simboliza el poder, carece de una regulación formal, siendo su uso una tradición histórica más que una obligación legal.

El Dr. Miguel Carrillo, abogado, investigador histórico, especialista en vexilología y miembro del Instituto Belgraniano, señala que: "Las dimensiones de la banda no están expresamente legisladas, mientras que su largo se adaptará a la contextura del usuario. Tanto el Sol como el Escudo, cuando se usó, se colocan centrados en la franja blanca, aunque se registra que una de las vestidas por Sarmiento llevaba el blasón en el eje de simetría de su pecho".

A lo largo de los años en las civilizaciones, el acto de regalar un bastón simbolizaba la concesión de poder a una persona. Este gesto se originó en el Oriente, en las primeras jerarquías sociales de Mesopotamia y Egipto. Con el tiempo, la tradición se propagó durante la antigüedad clásica europea y en la España medieval. En el contexto de las monarquías europeas, este objeto era conocido como báculo o cetro, una vara elaborada con metales preciosos que servía para que reyes y emperadores manifestaran su autoridad y dignidad.

En la Argentina, la Banda y el Bastón han sido utilizados por los presidentes, adaptándose a lo largo del tiempo. La primera Banda fue utilizada por Gervasio Antonio de Posadas en el año 1814, mientras que el Bastón ha tenido diversos materiales y diseños, simbolizando el poder del ejecutivo a través de la historia.

A finales del siglo XIX, en 1880, Mitre entregó a Urquiza el conocido Bastón de Mando de los Gobernadores de la Unidad Nacional. Más tarde, Domingo Faustino Sarmiento se convirtió en el primer presidente argentino en asumir oficialmente entre 1868 y 1874, utilizando tanto la banda presidencial como el bastón como símbolos de poder. Posteriormente, en 1899, en la firma del tratado de paz, el presidente Julio Argentino Roca intercambió el bastón con su homólogo chileno, Federico Errázuriz.

En este sentido, los bastones de mando tradicionales estaban elaborados con madera de malaca y adornados con elementos de oro y dos borlas. En el año 1932 se establecieron las normas para su fabricación, que especificaban que la madera debía ser de caña de malaca barnizada. La empuñadura, de 8 centímetros, debía estar hecha de oro macizo de 18 quilates y contar con el escudo nacional esmaltado. La longitud del bastón se ajustaba a la estatura del mandatario, y el regatón que cubre su extremo inferior también debía ser de oro.

A partir del retorno a la democracia en el año 1983, tras la asunción de Raúl Alfonsín, el bastón fue elaborado por el orfebre Juan Carlos Pallarols, quien utilizó madera de urunday proveniente de Misiones y Chaco. Este bastón presenta una flor con veinticuatro cardos, representando a cada una de las provincias y la capital federal, además de tres pimpollos que simbolizan las Islas del Atlántico Sur. Mientras que en el año 2011, Pallarols añadió un nuevo elemento: dos manos entrelazadas que simbolizan la unión.

Por su parte, el bastón utilizado por el Presidente Macri fue confeccionado por Damián Tessore: se trata de un objeto realizado en plata, madera de petiribí, y piedras semipreciosas, materiales representativos nuestro país.

El acto en la Cámara de Diputados

Dicho todo esto, la presentación del Presupuesto 2025 por Javier Milei, utilizando la Banda y el Bastón Presidencial, marca un punto de inflexión en la relación entre el Poder Ejecutivo y el Legislativo en Argentina. Parece ser que estos símbolos, cargados de historia y significado, han sido empleados en un contexto inédito que resalta la intención del presidente de proyectar una nueva era para el país.

Sin embargo, quedan plasmados interrogantes sobre la continuidad de las tradiciones presidenciales en el contexto de un país en crisis. En un momento donde la política se enfrenta a desafíos complejos, la utilización de estos símbolos puede interpretarse tanto como un retorno a la formalidad como un intento de revitalizar la confianza en las instituciones.

Retomando la pregunta inicial, ¿es adecuado el uso del bastón y de la banda presidencial en este tipo de actos? Carrillo (2024), señala que: el uso del Bastón y la Banda presidencial es válido en esta ocasión, ya que se trata de un acto de gobierno rodeado de gran formalidad, por cuanto se hace en el recinto mismo del Congreso de la Nación. Al no haber regulación sobre su uso, el Presidente puede emplear estos atributos cuando así lo considere, dentro de lo formal, claro está".

En conclusión de quien les escribe, la elección de los atributos en un evento tan significativo podría ser vista como un intento del Presidente por entrelazar la historia con la contemporaneidad. El desafío del presidente parece radicar en equilibrar la tradición con la necesidad de transformación. En un país que anhela estabilidad, la manera en que se utilicen estos símbolos podría ser determinante en la percepción pública de su liderazgo, su comunicación política y en la búsqueda de un consenso necesario para afrontar los retos que se avecinan. En definitiva, la historia argentina se sigue escribiendo, y la forma en que se manejan los símbolos de poder como la toma de decisiones será un factor clave en el desarrollo y crecimiento de nuestra Nación.

Sobre Katia Ruiz

Nacida y criada en la ciudad de Río Gallegos, es una joven profesional con una vasta carrera académica. Es Licenciada en Relaciones Públicas (UAI), Técnica Superior en Ceremonial Empresario, Técnica en Organización de Eventos Empresariales y Espectáculos (CEO), Técnica Universitaria en Lenguaje Musical (UCA), Maestra de Ceremonias egresada del Instituto Argentino de Ceremonial Emb. Blanco Villalta, Diplomada en Logística Organizativa, imagen y ceremonial (CIDEC). Cuenta con un Posgrado en Comunicación Política e Institucional (UCA), Especialización en Comunicación política del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Diplomada en Comunicación de Crisis (CAEP), actualmente se encuentra finalizando su tesis de la Licenciatura en Ceremonial y protocolo.